El plan de fuga de Martina y Curro en ‘La Promesa’ después de su reencuentro
El plan de fuga de Martina y Curro en ‘La Promesa’ después de su reencuentro
Ricardo ha anunciado una drástica decisión durante el capítulo de este lunes de la ficción de La 1 de TVE, y Catalina ha invitado a Adriano a la cena en honor a Manuel
Drástica decisión de Ricardo
Ricardo no ha encontrado explicación a la presencia de la duquesa de Carril, y Santos ha aparecido para ayudar a Salvador y él. El joven hijo ha asegurado que en aquella lista había cinco nombres, y ha propuesto coger de la papelera el listado para cerciorarse, pero Ricardo ha comentado que se vaciaban cada noche. Santos ha querido echar balones fuera, eludiendo al inestable momento que atravesaba Margarita por el internamiento de Martina, y achacándole la culpa a ella.
Pellicer ha expresado su sentimiento de culpa a Rómulo, por haber tenido el listado de invitadas en sus manos y ni siquiera haberlo mirado, cuando Santos se la pidió. El mayordomo ha malpensado que Petra podría haber urdido todo aquello, para que él quedase en ridículo y vengarse de lo ocurrido con Jana y María Fernández. El asunto podría convertirse en una bola de nieve, si Santos no confiesa pronto su culpabilidad.
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Rómulo ha convocado a Ricardo y Petra a su despacho, y les ha amonestado por su falta de coordinación. La señora Arcos ha asegurado que no tuvo nada que ver con la falsa invitación a la duquesa, y ha insultado a Ricardo, diciéndole que se fuese a tomar viento. Pellicer ha contestado que no descartaba hacerlo: “Estoy dispuesto a abandonar mi puesto de trabajo”, ha proclamado el mayordomo, si Petra no cambiaba de actitud. ¿Se marchará Ricardo de La Promesa?
Catalina enciende la chispa
Por su parte, Curro ha avisado a Manuel de que iría a socorrer a Martina. El hermano de Catalina ha querido acompañar a su primo, pero Curro ha preferido ir solo. “Aunque no me acompañes, puedes ayudarme”, ha solicitado el joven, pidiendo que cubriese sus espaldas frente a las preguntas de la familia.
En el hangar, Catalina ha comentado a Adriano que pretendía volver al palacio para celebrar con una cena el regreso de Manuel y Curro. El labriego ha bromeado con que esperaba que diesen de comer aparte a su madrastra, pero la chica iba muy en serio cuando le ha pedido que le acompañase. El campesino ha encontrado que él no tenía cabida en su familia, pero finalmente, su amante le ha llegado a convencer.
Adriano ha aparecido en el hangar después, vestido con un humilde traje. La hija de Alonso parecía decepcionada con el atuendo del chico, y él ha querido retrotraerse de su decisión de acompañarla. Ella, sin embargo, le ha asegurado que le hacía feliz que viniese.
En la cena, Manuel ha excusado a Curro, que se ausentaba del evento en su honor por encontrarse indispuesto. Cruz ha preguntado por qué había, entonces, un cubierto de más sobre la mesa, y Catalina, que ha aparecido por la puerta, ha anunciado que era para su acompañante, don Adriano García Pardo. El labriego ha aparecido con un traje mucho más lustroso que el anterior, pero aun así, todos los comensales se han quedado a cuadros con su presencia, algunos con incredulidad, como Cruz e Ignacio, y otros con sumo disfrute, como Manuel, Alonso o Margarita. ¿Saldrá Adriano escaldado de esa cena? ¿Aguantará las excentricidades de la familia de Catalina, y especialmente, de Cruz?
Curro encuentra a Martina
Martina paseaba con Juana en el sanatorio, con una estrategia secreta. La compañera seguía delirando que ella misma era Martina, y que paseaba con Curro por los jardines del Retiro. Martina le seguía la corriente, y ha buscado la parte sur del jardín de la institución, donde Curro le citaba en su carta.
Curro no ha tardado en aparecer en uno de los bancos del jardín. Martina no podía creer que el chico estaba a su lado, en carne y hueso, pero le ha avisado que si escapaba, la meterían en la cárcel por intento de asesinato. Curro ha pensado que ya verían lo que harían cuando saliesen de allí. ¿Se irán a otra parte que no sea La Promesa?
En su fuga, Martina ha prometido que ella no tuvo nada que ver con el envenenamiento. Curro le ha creído, y ella le ha pedido que no se marchase nunca más. También ha lamentado haberse portado “como una mimada”, y el chico la ha consolado con un abrazo, diciéndole que no sería para tanto, lo que ha hecho sonreír a su enamorada. Con esto, se han mirado a los ojos y se han besado, hasta que han escuchado silbatos de búsqueda del sanatorio. ¿Podrán escapar de allí?