¿Por Qué Curro Regresa pero Martina No Volverá a La Promesa?
Durante el capítulo de este jueves de la serie de La 1 de TVE, Vera ha intentado convencer a Lope de sus sentimientos, y Manuel ha impuesto una dura condición a Cruz
Una elipsis narrativa había dejado a los espectadores de La Promesa ansiosos por saber si, finalmente, Curro había logrado rescatar a Martina del sanatorio en el que estaba encerrada. Los enamorados de la ficción de las tardes de La 1 de Televisión Española podrían haber urdido un plan para que la prima de los Luján no tuviese que regresar al palacio, con su madre y Ayala, y el regreso de Curro al palacio no ha hecho más que impacientar al perverso Ignacio sobre el paradero de la muchacha.
El capítulo de este jueves, emitido a las 17:30 horas, ha comenzado cuando Petra ha interrogado a Vera por la duquesa de Carril. La doncella ha prometido no saber nada de la misteriosa quinta invitación que Margarita nunca pidió. Ella ha repetido que no era ella la encargada de enviar aquellas invitaciones, y el ama de llaves, ignorante del estatus social de con quien realmente hablaba, le ha dicho que dudaba que alguna vez hiciese una tarea de tanta responsabilidad.
Petra ha soltado que había sido Santos quien había enviado las invitaciones, y Vera ha caído en la cuenta de que todo había sido una estratagema de su exnovio para vengarse, como predijo Lope. En las cocinas, la colaboración de Vera en la fabricación de mermeladas ha sido recibida por el cocinero con ciertas reticencias.
Vera ha cogido por banda al chico más tarde, y le ha reconocido que no se equivocaba sobre sus sospechas de Santos. Lope ha seguido rehuyendo a la doncella, y el cocinero ha admitido que le sobrepasaba que sus padres fuesen nobles. “Puedes seguir unos meses jugando a las criadas, pero al fin del día eres una noble”, ha pensado el joven.
María Antonia le ha pedido explicaciones a Alonso sobre la decisión de Cruz
Vera ha proclamado su amor por encima de los títulos, y el mundo que habían creado entre ellos dos, sin importarles lo que la gente pensase. Pero Lope ha pensado que, en cuanto la chica recuperase su vida, iba a dejarle de lado: “No quiero ver cómo me miras con otros ojos”. Vera, insistente, le ha prometido que le quería y le querría siempre.
Ricardo ha avisado a Vera de que la duquesa de Carril había regresado, y pedía hablar con Vera bajo la excusa de haber perdido unos guantes que ella sabría dónde estaban. ¿Se enfrentará la doncella a su madre, o caerá en sus súplicas para que regrese a su palacio?
El recital de Cruz
Conversando con Alonso, Cruz ha llegado a la conclusión de que deseaba celebrar un recital en honor a Manuel, y también para despedir a María Antonia, a quien consiguió convencer de que se marchase de La Promesa. El marqués ha preguntado si no tuvo ya suficiente con celebrar una cena, pero Cruz ha respondido que esta vez mantendría a los labriegos alejados de su mesa.
María Antonia le ha pedido explicaciones a Alonso sobre la decisión de Cruz de echarla de allí. El marqués ha comentado que compartía todo con su esposa, y ella se ha reído de él: “¿Todo? ¿De verdad?”. El patriarca ha asegurado que ella confundió algo que nunca existió, y le ha dicho que entendería que su marcha era lo mejor para todos.
En el hangar, Adriano ha admitido que acabó molesto por la cena con los Luján, pero no por ello iba a dejar a visitar a Catalina. La joven se ha alegrado de que no estuviese ya enfadado con ella, y él de que ella le hubiese echado de menos. Adriano ha invitado a Catalina a su casa, y le ha preguntado por su relación con Cruz: “Siempre encuentra la forma de atacarme”.
Curro se recrea en el misterio
Finalmente, Curro ha vuelto a La Promesa, y ha acudido al encuentro de Manuel. El hermano de Jana ha contado que Martina se encontraba en un lugar seguro, y que no pensaba traerla de vuelta al palacio para que la volviesen a internar. El muchacho ha relatado que pudo sacarla de allí a la hora de las visitas, y corrieron bosque a través, escapando de los guardias del recinto. Ahora tenía que pensar qué hacer con su enamorada, pues no podía estar escondida eternamente. Manuel, por su parte, ha dudado cómo se tomaría la familia su regreso. El chico ya no sabía cómo seguir con el engaño de que su primo se encontraba indispuesto y encerrado en su habitación.
Margarita le ha preguntado a Curro si sabía dónde estaba Martina: “Claro que lo sé”
Poco después, Cruz ha contado a Manuel su idea del recital, y el aviador le ha dicho que él no asistiría, a no ser que asistiese también Catalina. Manuel le ha pedido a su madre que le pidiese perdón a la hijastra, pues perjudicó a ella y sus negocios con las publicaciones periodísticas que alentó. Pero la marquesa ha dicho que no estaba en su mano que los lectores del periódico olvidasen aquellas caricaturas. Esto no ha evitado que Manuel le diese un ultimátum: o hablaba con su hermana, o nadie acudiría a aquel recital.
En el salón, Curro se ha reunido con el marqués, Lorenzo, Margarita y Ayala. El chico ha reconocido que no había estado enfermo, e Ignacio en seguida ha supuesto que había ayudado a Martina a salir del sanatorio. “Lo raro es que no te hayan dejado encerrado a ti”, ha comentado el capitán De la Mata.
Ayala ha proclamado que el chico acababa de confesar un delito, y Margarita le ha preguntado si entonces sabía dónde estaba Martina. “Claro que lo sé”, ha admitido el misterioso Curro. En el avance del siguiente capítulo, Curro conversa con Alonso sobre que Ayala no cambiaría de opinión acerca de su enamorada. “Pues entonces, Martina no volverá a La Promesa”, afirma el chico. ¿Dónde se encuentra la hija de Margarita? ¿Volverá para demostrar el sucio plan que Ayala urdió contra ella?