¿Curro salvará a Martina? Las reacciones ante la esperada revelación de Cruz en ‘La Promesa’
¿Curro salvará a Martina? Las reacciones ante la esperada revelación de Cruz en ‘La Promesa’
En el capítulo de este jueves de la serie de La 1 de TVE, Ricardo le ha pillado una mentira a Virtudes, y los marqueses por fin han sabido qué ha pasado con Manuel
El repentino regreso del personaje de Curro a La Promesa ha generado los peores temores para la marquesa de Luján: ¿dónde estaba su hijo Manuel? Sin embargo, los espectadores de la ficción de época de La 1 de Televisión Española también se preguntan otras cosas, como cuánto tardará Curro en acudir a salvar a Martina del sanatorio. En el capítulo de este jueves, la vida de la chica en la institución se ha vuelto una verdadera pesadilla, que podría llevarla hasta el desquicie mental.
El episodio de ayer del melodrama protagonizado por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín, entre otros intérpretes, finalizó con la inesperada llegada de Curro desde el frente. Hoy, Manuel ha aparecido detrás de su primo, en el salón de los Luján. Los marqueses se han tirado a los brazos del soldado, y Cruz se ha emocionado sobremanera por su presencia.
Manuel ha contado que dejó el avión en el hangar de un amigo y no ha podido recuperarlo, y que la situación en las trincheras era diferente a la de las ciudades en guerra, donde los ciudadanos intentaban hacer vida normal pese a todo. Manuel ha pedido que la señora Adarre llenase la bañera para limpiarse, y Alonso le ha comunicado (con falsa pesadumbre) que Pía había muerto. ¿Cómo reaccionará Manuel cuando sepa que Jana tampoco está en La Promesa?
María Fernández ve un fantasma
María Fernández ha llegado a la cueva quejándose de la broma de mal gusto que le estaba gastando su amiga Jana, cuando se ha llevado el mayor de los sustos al ver a Pía. La chica ha preguntado si era real o un fantasma, y la señora Adarre le ha invitado a abrazarla para comprobarlo. Jana, sin embargo, llegaba con malas noticias: le ha contado a su amiga que Gregorio había vuelto, y María ha entendido que la que era su superiora se estaba ocultando de aquel maleante.
María ha recordado su secuestro en aquel mismo lugar, y Jana ha lamentado hacerle revivir todo aquello: era el único sitio que se le ocurrió para poner a salvo a Pía. Adarre ha pensado que si Gregorio había hablado con Petra, era porque el ama de llaves sospechaba algo. Ha sido entonces cuando Jana le ha contado que habían llegado para quedarse, y hacerle compañía a la desmejorada Pía.
Ayala ha recordado a Margarita que tenían que recuperar la idea de casarse
Petra ha preguntado a Ricardo dónde diantres estaban Jana y María Fernández, pero el mayordomo no ha sabido responderle. Rómulo ha salido al rescate, explicando que el marqués requería a las chicas para reforzar el servicio del duque de San Rafael. Por su parte, Ricardo ha hecho llamar a Virtudes a su despacho. El mayordomo ha preguntado por qué le mintió cuando le afirmó que había acudido a hablar con don Fermín, si el cura no se encontraba en el pueblo. La hija de Simona ha reconocido que no habló con él, sino con la mujer que le cuidaba. ¿Seguirá mintiendo la sirvienta?
La peor pesadilla de Martina
En el desayuno, Curro y Manuel han comido como si no lo hubieran hecho en siglos, y el hijo adoptivo de Lorenzo ha preguntado cuánto tardaría Martina en bajar de su dormitorio. Después de un silencio incómodo, Margarita le ha contestado que se encontraba de viaje con unas amigas y volvería en unos días. Manuel también ha preguntado por Catalina, y nadie ha sabido explicarle qué hacía su hermana habitando el hangar.
Adriano se ha despertado en la cama de Catalina, y aunque él ha expresado lo mucho que le había gustado pasar la noche con ella, la hija de Alonso ha marcado ciertas distancias que han dejado del todo frío al labriego. Manuel no ha tardado en acudir a ver a su hermana. El reencuentro ha sido feliz, y el aviador ha preguntado si acaso no iba a presentarle a su amigo. Adriano ha querido retirarse, y aunque Manuel le ha indicado que no era necesario, Catalina le ha aceptado la propuesta.
Margarita seguía intranquila por el altercado que supo que Martina había tenido en el sanatorio. Ignacio ha contactado con el centro, y le ha contado a su amada que la joven evolucionaba favorablemente, y que el director extremaría sus cuidados hacia Martina y la gente que se pudiera acercar a ella.
“Martina tendrá un trato todavía mejor, una atención más personalizada”, ha augurado el conde, quien ha recordado a Margarita que tenían que recuperar la idea de casarse. “Ahora podemos arreglar nuestra situación mientras Martina se cura”, ha pensado Ignacio, “no puedo esperar más”. El conde ha bromeado, tergiversando las cosas, y haciéndole ver que había cazado a “un solterón empedernido”, pero Margarita ha seguido en sus trece, diciendo que prefería esperar a que Martina volviese recuperada.
Martina, no obstante, estaba lejos de recuperarse. En el sanatorio, los enfermeros la han forzado a bañarse en agua helada, mermando así su cordura. En el palacio, Margarita le contaba a Alonso que le había mentido a Curro porque se avergonzaba, como madre, de haber encerrado a su hija. Paralelamente, Curro ha cogido por banda a Cruz, y le ha preguntado por qué no le daba la posibilidad de llevarse bien con ella.
Cruz, contra Curro
La marquesa ha llamado “imberbe malcriado” a su sobrino, y le ha culpado de haber arrastrado a Manuel a la guerra. Curro ha protestado con que él no había tenido la culpa de la decisión de su primo, pero Cruz le ha hecho ver que allí todo el mundo le protegía y le atendía con medias verdades como el “niñato mimado” que era. Curro ha cuestionado a qué se refería, y Cruz le ha confesado que su tía Margaria le había mentido.
“Martina no está de viaje, está en un manicomio”, ha soltado Cruz, sin miramientos. ¿Sabrá la marquesa que, con este bombazo, podría haber encontrado al posible salvador de su sobrina? ¿Acudirá Curro a rescatar a Martina?